Los llegados a la Radioafición en el Siglo XXI desconocerán que, hace algunas décadas, gracias a la acción desarrollada por los aficionados de todo el mundo se pudieron salvar numerosas vidas humanas. Entonces las comunicaciones telefónicas, tanto nacionales como internacionales, fueron realmente difíciles y cuando en algún país un médico consideró necesario un tratamiento urgente con una especialidad farmacéutica que no se encontró en su localidad, o no se distribuyó en el propio país, lo más rápido fue acudir al radioaficionado más próximo al enfermo. Ejemplo de ello lo tenemos en este trabajo preparado por Consuelo Pernía, EA4EJ, que fue publicado en la revista URE, número 62, de febrero de 1956.